Este jesuita me capturó desde el primer momento que supe de él. Fácilmente me atrapan sujetos que abren mejor los ojos que muchos de nosotros y se atreven a dar teorías de una "realidad" humana, cósmica, planetaria desatada del dogma (y sobre todo en su caso, que causó escándalo en las filas conservadores de la iglesia). Cuando he abierto libros de él, descubro a un ser humano apasionado de su vivencia espiritual (tómese en sentido religioso y existencial), esperanzado de la evolución del ser humano, apuntando a un estado de consciencia mayor (me recuerda tanto las tradiciones orientales)
De él tenemos palabras como Noosfera donde nos aguarda una conexión universal con el conocer de la mente. Afirma que el Punto Omega es "una colectividad armonizada de conciencias, que equivale a una especie de superconciencia. La Tierra cubriéndose no sólo de granos de pensamiento, contándose por miríadas, sino envolviéndose de una sola envoltura pensante hasta no formar precisamente más que un solo y amplio grano de pensamiento, a escala sideral. La pluralidad de las reflexiones individuales agrupándose y reforzándose en el acto de una sola reflexión unánime” (Del libro El fenómeno humano)
Claro, ciertos sectores del dogma encargados de hipervigilar que las "ovejas del buen pastor" no se confundan en tan disparatados pensamientos, tuvieron la "sabiduría" (y como siempre soberbia) de impedir que estos textos de mi admirado Teilhard lleguen a manos de los frágiles practicantes religiosos. En todo caso, es y será para mí un hombre de talla magistral al cual recomiendo leer para ventilar también nuestras percepciones de la religión.
*La imagen la tomé prestada del muro de Facebook de un jesuita
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