domingo, 27 de abril de 2014

La invención de sufrir


Hablar de budismo es sumergirse en un mar profundo y maravilloso. Mi experiencia con esta filosofía de vida ha sido el de abrir los ojos. La primera vez que escuché una enseñanza budista me cayó un balde de agua fría, tan fría que me congeló los huesos: "el sufrimiento al final es una decisión".

Deténgame el tren que aquí me bajo. Esto no era posible dentro de mi formación religiosa. Sin abordar el tema de la iglesia como institución religiosa (asunto escabroso), respeto y admiro con gran afecto al cristianismo. Existen manera o formas (espiritualidad) de vivenciar la filosofía de Jesús: el amor. Pero en la cultura en la que nacemos el sufrimiento tiene su estandarte; la pena se cultiva en todo los terrenos humanos. Procesiones de dolor, sangre, enfermedades, angustias. Todo absolutamente todo se teatraliza a mostrar la lepra que invade cuerpo y mente. Pero se olvida muchas veces que lo importante, en el caso del cristianismo, es resurgir de la muerte, resucitar. 

Y a propósito del sufrimiento, las primeras enseñanzas que escuché del budismo fueron Las cuatro nobles verdades que forman parte de la Primera Rueda del Dharma. Hace una semana empecé un curso de la Naturaleza de Buda (pueden acceder a talleres y cursos a través del Instituto Budadharma) y nuevamente llegaron a mis manos como recordatorio de ellas. Se las deseo compartir brevemente, a ver si hinca a alguien y se anima a saltar al mar:

1.- El sufrimiento existe (la verdad del sufrimiento o duhkha)
2.- El sufrimiento tiene causas (provenientes del apego, anhelo, deseo) 
3.- El sufrimiento puede cesar (la verdad de la cesación)
4.- Existe un camino que nos lleva a eliminar las causas del sufrimiento (la verdad del camino o Noble Óctuple Sendero) 


No hay comentarios:

Publicar un comentario