No encuentro herida narcisista por excelencia que el dardo de la locura a la razón. El famoso Cogito ergo sum se desvanece en inexistencia, se desploma como un castillo de naipes (tan de moda ahora que está el famoso Frank Underwood). ¿Qué lugar ocupa entonces el loco en la sociedad civilizada que piensa para existir?
Personalmente, la sanidad mental y la psicopatología son concepciones que me interrogan enormemente. Cuando leo esos exhaustos manuales de encuadres tóxicos mentales, me parece tan fácil ubicar: "tú el bipolar porque cumples el criterio diagnóstico 1, 2 ,3..." ¡Cuánta arrogancia el de la humanidad! Estas visiones tienen mucho por tejer aún.
Ojalá nos descubra la locura al despertar cada mañana para salirnos un poco de esos moldes ya pensados por el poder.
Casa de locos, 1812-1819. Francisco de Goya
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