miércoles, 7 de mayo de 2014

La existencia del pansexualismo inexistente

Hace algunos años, cuando comencé a entrar en la obra de Sigmund Freud, recuerdo que los comentarios a mi alrededor afirmaban que su trabajo era pansexualista. A primera vista, por no decir, muy a la ligera, podemos creer que su pensamiento batalla en medio del campo de las gónadas. Por razones de elección profesional, he podido profundizar más en el psicoanálisis y definitivamente, si bien la sexualidad sumerge al ser humano en todas sus relaciones, la misma palabra sexualidad no es sinónimo de pene-vagina ni coito (asociación inmediata cultural).

Leyendo Ciencia y Psicoanálisis (1999) de Ronald Portillo se aclara un poco más el panorama que si el psicoanálisis es pansexualista o no:

"Mucha gente cree que el psicoanálisis es una cogedera eterna, penes entrando dentro de vaginas... como algunos kleinianos han querido creer: penes voladores, vaginas terrestres y ven como aterrizan... qué se yo. No; eso es caer en la perversión de la hermenéutica, en la perversión de la significación. 
¿Qué es lo que plantea el sentido sexual siempre?: que hay relación sexual, que hay rapport sexual. ¿ Qué plantea el psicoanálisis?: que este sentido sexual tiene un límite. Pero, en términos freudianos, ¿qué viene a poner un límite a eso?: ¡la castración! La castración viene a decir: no todo es sexual. No hay un pansexualismo y no hay rapport sexual. Es lo que plantea Lacan, es una lógica indefectible, imparable"

Joven virgen autosodomizada por su propia castidad, 1954. Salvador Dalí

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