domingo, 4 de mayo de 2014

La cotidianidad de un santo


Esta semana he tenido un tropiezo ideológico con la definición de santo. Más que definición (aunque las palabras llenan de existencia a los cuerpos), se trató de un tropiezo subjetivo de: ¿a quién se debe considerar santo?. No deseo meterme en campo religioso porque en esa serie de leyes que estructuran una institución, me declaro alta y profundamente ignorante.

Me basaré plenamente en una experiencia personal:

Existe un hombre que me enseñó que los días son oportunidades de vivir agradecido por lo que se posee; que las mayores de la proezas se las realizan en silencio; que para descubrir a un ser humano se necesita despejar nuestra mente de prejuicios con los que se cubre el miedo; que la tierra es fértil cuando aprendemos a convivir con las diferencias; que al dolor se lo enfrenta sin quejas; que la responsabilidad de los hechos se asume en primera persona; que no se necesita acudir a grandes universidades para volverse un sabio; que la verdad es una manera de focalizar al mundo y que no todos poseemos los mismos filtros para contemplar las mismas cosas; que la mejor historia jamás contada se relata en el recuerdo de nuestros riesgos tomados; que la amistad es fruto de una consciencia despierta; que el rosto de Dios o de la Trascendencia no tiene raza, sexo ni siquiera religión; que la vida en la ciudad se la puede llevar como una aventura universal; que los pequeños gestos son los que frenan a raya a la oscuridad; que no hay polaridades válidas y que la felicidad se halla en un centro; que no se necesitan trajes de diseño para lucir la belleza humana; que la realización personal no es una meta sino un camino.

Si tuviera que declarar santo a un hombre sin duda alguna, se lo otorgaría a este ser que me enseñó que la lluvia es necesaria para contemplar el florecer de los arupos. Justamente desde una habitación que me acogió por largo tiempo, comprobé que la sabiduría de este hombre radicaba en su nobleza de corazón y su sintonía con la Consciencia. Quienes lo conozcan reconocerán rápidamente que su nombre también significa Roca.

Esto, para mí, es un santo.

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