Sammy Ching, The Blue Rose, 2005
El atractivo hacia la visión espiritual de las religiones ha sido un deseo emergido desde mi adolescencia. Sin duda alguna, se debe en parte a que los "exteriores", las máscaras, las paredes blanqueadas nunca me llamaron la atención. Una especie de rebeldía espiritual (míresela desde mis dudas a creer absolutamente a que si existiera algún Dios, este tendría beneficio alguno por templos de Occidente o cosa por el estilo).
Hubo sacerdotes que me acercaron la divinidad mostrándome que nada de lo humano le es ajeno. Seguiré manifestando mi gran respeto por Marco Vinicio Rueda S.J. y algunos otros que viven en el silencio de sus grandezas interiores (estoy seguro que ni ello se han dado cuenta).
Hoy sigo sumergiéndome levemente en el mar de esos océanos y, durante estos días, ha venido a mí una de las afirmaciones base del budismo:
"Todos los fenómenos condicionados son impermanentes"
Creo que la vida podría sernos diferente si nos tomáramos más en serio esta afirmación.
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