sábado, 26 de abril de 2014

Marco Vinicio Rueda SJ: entre la meditación y el cristianismo


En el 2005 se fue del plano físico un hombre al cual admiro y respeto infinitamente. Es un respeto que lo he adquirido desde los ojos brillantes de los seres que lo conocieron y que me han narrado de él. Mi primer contacto con El Monasterio Invisible lo tuve en el 2010 cuando realicé un taller de meditación en la práctica cristiana en la PUCE (Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito). Desde aquel instante que tuve su primer libro entre mis manos, no he podido dejar de pensar en él: su vida, su manera de llevar su sacerdocio con toda la sabiduría espiritual que había vivenciado con sus estudios en yoga y budismo. 

No sé, es un hombre que quiebra todo: quiebra la manera dual del pensamiento de Occidente; quebró mi manera lineal de ver el cristianismo. Me inspira hoy. 
Espero seguir contándoles sobre él. Les comparto uno de sus poemas:

Transparencia

Transparencia es limpidez como el cristal,
que deja pasar luz y calor.
Transparencia es incandescencia como la llama,
que agoniza en su pabilo.
Transparencia es hierro rojo
que brilla y quema como fuego.

Y esto quiero que seas tu con lo divino.

El Ser palpita en toda cosa o vida,
pero está oculto a tus ojos.

Totalmente - otro, se pierde
para nosotros con su inmensidad.
Lo grande no puede contenerlo. 

Totalmente - otro, se descubre donde
no lo esperábamos.
Lo pequeño no lo excluye.

Tal vez quiera servirse de ti
para manifestarse a los otros. 

Hablará por tus labios. 
Mirará por tus ojos.
Obrará por tus manos.

A tu contacto, se sentirán sacudidos
por tu Presencia.
¡Que Él nos haga transparentes
para que brille su Rostro!

Marco Vinicio Rueda S.J.
En El sendero del zen 

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